En el marco del Día Mundial de la Hemofilia, que se conmemora el 17 de abril de cada año, la Secretaría de Salud (SESA) del estado de Querétaro se suma con el objetivo de sensibilizar a la población sobre esa enfermedad y compartir conocimientos e investigación para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Cada año se elige un tema y para este año es:  “Acceso para todos: la prevención de hemorragias como norma de atención a nivel mundial”.

La hemofilia es un trastorno hemorrágico poco común que puede ser hereditario o adquirido. Existen dos tipos: la A, por una deficiencia de la proteína factor VIII y está presente en 85 por ciento de los casos; y B por insuficiencia del factor IX de coagulación. 

En el caso de la adquirida ocurre cuando el organismo produce anticuerpos que atacan y desactivan el factor VIII. La gravedad depende de la cantidad de esta proteína en la sangre, de tal forma que, entre menor porcentaje de proteína, mayor la probabilidad de hemorragias.

La Secretaría de Salud Federal informa que en México existen seis mil personas con hemofilia, que tiene como síntomas el sangrado frecuente interno y externo en la boca, encías, fosas nasales, músculos, tejidos blandos, articulaciones, codos, tobillos y hombros, que causan hematomas, hinchazón y dolor.

Este padecimiento es causado por cambios en el cromosoma X, lo que ocasiona que las mujeres solo sean portadoras y los hombres padezcan la enfermedad. Es posible identificar la enfermedad entre los siete y 10 meses, cuando las y los bebés tienen sangrado en rodillas y codos al gatear. De no atenderse, con el tiempo las personas sangran con solo caminar.

Al ser una enfermedad hereditaria, no se puede prevenir y quienes la padecen deben evitar practicar deportes de contacto como fútbol, artes marciales, baloncesto, entre otros, debido a que los golpes pueden generar hemorragias internas severas.

El tratamiento se basa en inyecciones intramusculares de reemplazo de factor de coagulación de sangre humana donada o creada en laboratorio, que se aplican de forma regular para evitar episodios graves de sangrado. El control adecuado de la enfermedad permite vivir hasta 75 años o más.

Se recomienda no utilizar medicamentos como aspirina, ibuprofeno o diclofenaco, ya que alteran la función plaquetaria de este sector de la población.

Por Christian